Cia Oh

"adiós mi ligero y regordete amigo colorado"
esas fueron sus últimas palabras, después se marchó, así como así; casi contra su voluntad, cual si fuése arrastrado por una maligna ráfaga rompe-amistades y jamás se volvieron a ver.
él se hizo acreedor de otro similar en color azul gracias al sentmiento de culpa de su padre al ver tan triste expresión en el rostro de aquél pequeño, nunca fué lo mismo.
él, por su parte, subio tan alto que estalló.

No hay comentarios: